“Antes nos llamaban ‘señoritos’. Ahora somos los pobrecitos que trabajamos los domingos”, resume a este diario un trabajador en activo que prefiere no dar su nombre para no dañar su carrera. Turnos dobles en fines de semana que se cobran como días de diario, carga de trabajo y un cambio en las retribuciones que no gusta a todos.
